miércoles, 17 de julio de 2013

La educación salesiana... Florece en todos los ambientes

By: Gisela Mejía
Exalumna del Oratorio (HMA) y del Centro Juvenil (SDB)
Cooperadora Salesiana (SSCC)

Gisela Mejía,  Cooperadora Salesiana.
El Carisma Salesiano es una fuente inagotable.

Puedo testimoniar que las manifestaciones de la Pedagogía Salesiana, como expresión del espíritu del señor vivido y dejado como legado por Don Bosco, no tienen límites. En mi caso son múltiples las “tinajas” de las que la he bebido, por las que soy exalumna: Oratorio del Colegio María Inmaculada y del Centro Juvenil María Auxiliadora.

Soy fruto de una generación de exalumnas y exalumnos muy especial. De niña y adolescente en el Oratorio con las Hijas de María Auxiliadora (HMA) recibí las bases de mi sentido mariano, el descubrimiento,  desde la vida, de un amor particular, un trato exquisito que me mantenía metida de lleno asumiendo responsabilidades y creciendo en la fe. 

Aprendí que las cosas se hacen bien desde la primera vez.

Iniciando mis años juveniles nuevas puertas se abrieron, fue el momento de la profundización y la madurez en un camino de crecimiento bien organizado, una orquesta con diferentes músicos y partituras, todo armonizado, creando la “música”  que nos estremecía interiormente: la vivencia profunda de la mística con sus tres lemas: vivir lo inesperado, el compartir, el espíritu festivo, la oración, la eucaristía, la formación con itinerarios, la hermandad grupal,  la familia involucrada, las experiencias de fe, la Pascua como centro y fuente de la vida, el compromiso de animación como un sacramento, un verdadero apostolado, la tarea social como meta, la integración con otros centros.

Cada vez que estoy en el patio del colegio revivo en mi interior la importancia de la cercanía con el muchacho, la integración y la diversión que complementadas con  las palabras al oído y unidos a la vida en grupo, a las tareas de limpieza y a los momentos de fe, celebrativos, representan la fórmula perfecta para sentar bases seguras y creer que Don Bosco fue un educador extraordinario.

La línea que unía una experiencia con la otra se perdía, no sentía cambio significativo, era como seguir placenteramente en la ruta trazada.

Hoy, tratando de recrear la historia, puedo constatar que no importó el ámbito en el que bebí del auténtico Carisma Salesiano, los salesianos y las salesianas  sembraron en mí semillas que hoy,  juntos, codo a codo, cosechamos los frutos.
Por el incasable trabajo que Gisela Mejía ha realizado
a favor de los niños y niñas de la calle,
la primera dama de la República Dominicana,
Cándida Motilla de Medina,
le entrego en mayo la más alta distinción
del
Premio Nacional Madre Ejemplar.

Siempre me he mantenido integrada a la vida y misión salesiana, casi no me he visto como alguien que concluyó su estadía en el Oratorio y en el Centro Juvenil y que desde la distancia recuerda los años felices sintiendo la nostalgia de quien desea revivir aquellos momentos.

El hecho de permanecer en  este ambiente tiene su encanto y me da una visión más real de lo que significa la educación salesiana.

He desarrollado mi compromiso, como fruto de la misión salesiana como: Educadora-Formadora (Colegios, en Muchachos y Muchachas con Don Bosco, en el Filosofado, Instituto Salesiano de Pastoral Juvenil, otros ambientes sociales), animadora y como Salesiana Cooperadora. Indistintamente, con las Hijas de María Auxiliadora, con los Salesianos de Don Bosco, en la Asociación de Salesianos Cooperadores, animando junto a Voluntarias de Don Bosco, Exalumnos y Exalumnas, Misioneras Parroquiales, Hijas de los Sagrados Corazones, tanto en nuestra inspectoría  como a nivel regional y mundial.

He tenido la suerte de ahondar la Espiritualidad Salesiana estudiando en la Universidad Pontificia Salesiana en Roma. No hay separación entre todos estos ambientes, en cada etapa,  experiencia,  grupo,  actividad he percibido la misma tónica. Puedo decir que soy privilegiada.


Estoy marcada para siempre con un sello que me da identidad en cualquier ambiente o realidad en la que me encuentre y esto gracias a la buena siembra.

!Salesiana por siempre!

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